La pareja protagonista aterriza en un planeta desconocido, cubierto de flores y cánticos celestiales. Pronto descubren una comunidad devota, parecida a cristianos, que venera a una figura mística: el Conejo de Pascua. En un entorno pastoral con un trasfondo inquietante, la dupla se ve atrapada en rituales extraños y creencias fanáticas.